El ex-jefe de la CNMV cree que los supervisores deberían tener una mayor capacidad regulatoria para adecuarse a la velocidad del mercado
MADRID, 18 Sep. (EUROPA PRESS) -
El secretario general del Consejo de la Organización Internacional de Comisiones de Valores (Iosco, por sus siglas en inglés), Rodrigo Buenaventura, ha advertido este jueves de que la simplificación, modernización o desregulación financiera debe hacerse con "mucho tiento y mucha prudencia" para evitar caer en riesgos asociados al debate entre crecimiento y seguridad de los mercados.
Así lo ha indicado el que fuera presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) hasta finales del pasado año en una mesa redonda celebrada en el marco de la reunión anual de la Federación Iberoamericana de Bolsas (FIAB).
El jefe del organismo supranacional ha enmarcado estas declaraciones en un contexto donde ese debate, que se dirime entre fomentar la expansión de los mercados y mantener la seguridad de aspectos como la protección del inversor, es más intensa ahora que hace un lustro.
"Hay que aplicar cierto arrojo a la hora de hacer reformas, pero también hacer caso a ese viejo 'adagio' de Chesterton por el que no se debe tirar nunca una valla sin saber muy bien por qué se construyó en primer lugar, ya que luego puede haber un tigre dentro de la valla", ha explicado con una metáfora.
"La sobrerregulación actual, que yo no discuto que exista, tiene un origen muy claro en el 2008, donde una crisis estuvo a punto de llevarse por delante y las economías de gran parte del mundo", ha enlazado posteriormente a lo largo del desarrollo del la mesa.
En ese sentido, ha hilvanado que probablemente ahora se está en otro ciclo y otro péndulo más orientado hacia la desregulación y simplificación: "Cuando tengamos alguna otra crisis, volverá a haber un debate de ese estilo", ha vaticinado.
Por otra parte, más allá del fondo de estas cuestiones, ha apuntado al aspecto formal a la hora de legislar en un sentido u otro, habida cuenta de las diferencias entre el derecho que bebe del modelo anglosajón y el que emana del napoleónico francés.
En este apartado, ha desgranado la rapidez de la burocracia de países como Estados Unidos para modificar el aparato que sostiene al mercado mientras que otras latitudes, como la europea y la española, implican de procesos más largos que incluso requieren de la participación de las cámaras parlamentarias a nivel nacional y comunitario.
OTORGAR MÁS CAPACIDAD REGULADORA A LOS SUPERVISORES
"Creo que los mercados actuales se mueven a tal velocidad que la forma de regular no puede ser la tradicional y que parte de la solución al problema pasa por otorgar más capacidad regulatoria a los que llamamos reguladores, pero que hasta ahora son sobre todo supervisores y tienen bastante poca capacidad regulatoria", ha agregado, en tanto que esta coyuntura, llevada al terreno español, pasaría por otorgarle más galones a la CNMV, entidad que él mismo dirigió en los últimos años.
En un plano más amplio, ha defendido que, en el ámbito de aplicar con inteligencia la regulación, se han de tener en cuentas variables como la geografía y la incorporación de nuevas tecnologías a las finanzas.
"Tenemos muchos mercados emergentes donde la regulación hay que construirla con un cierto decalaje respecto al desarrollo del mercado. No podemos aplicar los mismos estándares regulatorios al mercado que se está haciendo o que tiene que desarrollarse que al que ya está consolidado", ha indicado sobre el primer punto.
Respecto a la segunda variable, ha indicado que asuntos como la tokenización, el desarrollo de la IA y la computación cuántica van a transformar los sistemas financieros: "Ahí hay una tensión muy evidente entre sobrerregular al principio o infrarregular", ha señalado para seguidamente apostillar que este es "uno de los ámbitos donde el equilibrio es más inestable, por definición, y más difícil de conseguir, y por eso está siendo una de las prioridades de los reguladores a escala global".